Bizcocho de limón y lavanda (opción gluten free) bajo en azúcar.


No sé cómo agradecer a la naturaleza por tan grandes regalos que nos da. A veces la rutina hace que nos olvidemos de apreciar cosas tan maravillosas que, por parecernos simples o formar parte del panorama, no les damos su justo valor, como pasa con las flores que, casi siempre -o bueno, a mí- nos gusta mirar, pero pocas veces nos detenemos a contemplar y comprender cómo es que crecen, cómo es que toman su forma, su color, su aroma; cómo mueren y vuelven a crecer; cómo van en contra de la fuerza de gravedad y cómo son capaces de brindarnos bienestar...o hasta incomodidad.


Sin duda, uno de mis paisajes favoritos es el de los campos de lavanda. Disfruto tanto de verlos en fotos que, espero pronto visitar uno, ahora que en México ya hay.  Independientemente de su color, que me encanta, amo la flor y todo lo que nos da: desde su aroma que relaja, hasta su sabor y textura. Un regalo natural para nuestros sentidos.

Originaria de países Mediterráneos y el norte de África, esta hierba de hermoso color ha sido utilizada para fragancias y lociones. Aunque existen muchos nombres genéricos, así como subespecies de plantas, en la medicina herbolaria se destaca la Lavandula officinalis, también conocida como Lavandula angustifolia. 

Dicen que su nombre deriva del francés antiguo lavandre o del latín lavare que significa "lavar", por el uso que se le da como infusión, pero otra idea es que provenga del latín livere, que significa "azulado".

Lo cierto es que como sea, la lavanda es un gran aliado para limpiar nuestra mente y cuerpo, por lo que es básico que esté presente en nuestra casa ya sea en aceite esencial, tintura, crema, hojas secas, tónico o infusión. ¿Por qué lo digo? ¡por los beneficios que brinda!, por ejemplo:

1. Es un antiséptico natural. Utiliza unas gotitas de aceite de lavanda en cortadas y heridas para detener el sangrado, limpiar la herida y evitar alguna infección.
2. Tiene propiedades anti-inflamatorias. Ideal para recuperarse de lesiones como los esguinces; se recomienda utilizar unas gotitas de aceite esencial de lavanda en aceite base (almendras, ajonjolí o coco) para dar un masaje en la zona afectada.
3. Por lo mismo, ayuda a aliviar varios tipos de dolor, desde un común dolor de cabeza, el molesto dolor de dientes, hasta condiciones crónicas como las migrañas y la lumbalgia. Una infusión de flores secas viene bien.
4. Actúa como un suave relajante, para tratar ansiedad, estrés y depresión. Se puede tomar una infusión de flores con un toque de manzanilla y miel, colocar un difusor con unas cuantas gotitas de aceite esencial o directo en las muñecas con un rico masaje.
5. Alivia los problemas digestivos e inflamación. La lavanda tiene un antioxidante que ayuda a mejorar la digestión, al controlar las bacterias que podrían causar problemas — puedes tomar infusión o agregar algunas flores secas a tu yogurt griego.
Y mi favorito: como tratamiento para la perdida de cabello (alopecia areata), promoviendo el crecimiento de cabello — prepara una infusión y colócala en el cabello antes de lavarlo, con unos ligeros masajes. También evita la caspa mezclando 15 gotas de aceite esencial de lavanda y 2 cucharadas de aceite de olivo, entibia un poco; humedece el cabello un poco y da un masaje con los aceites en cuero cabelludo; deja reposar una hora y lava normal. Además, ayuda contra el insomnio y es eficaz contra virus y bacterias de la garganta. 
En lo personal, yo uso el aceite esencial de la marca Young Living. Si les interesa saber más o adquirirlo con un 20% de descuento, me avisan ;). 

Como pueden ver, no sólo es una hermosa planta y sus usos dan para mucho más, por ejemplo, en los postres. Por eso, para cerrar, les dejo esta receta que es ¡fenomenal! De mi maestra, la súper chef, Vanessa Musi, con algunas variaciones que le hice y espero les guste. La próxima vez que lo haga, le incluiré una gotita del aceite esencial, a ver qué tal...  

Receta: Bizcocho de limón y lavanda. 


Ingredientes: 

-100 gr de azúcar de coco (yo usé 50 de monk sweet y 50 de coco)
-3 huevos
-5 gr de vainilla
-100 gr de mezcla de harina sin gluten (yo usé BIG de Naturavía, para una opción sin gluten) +50 gr de harina de almendra + 15 gr de arrowroot. (También puedes usar 150 gr de harina de espelta o de trigo de todo uso si no te importa el gluten)
-4 gr de polvo para hornear (doble cantidad a nivel del mar)
-Pizca de sal
-1/2 taza de aceite vegetal (yo usé de aguacate)
-1/4 de taza de agua (yo le exprimí el jugo de un limón amarillo y completé con agua la cantidad)
-2 cucharadas de ralladura de limón (yo usé amarillo; es más suave y perfumado)
-1 cucharada de flores de lavanda. 

Cómo hacer: 

Precalienta horno a 165°C y prepara molde para hornear (esta cantidad queda muy bien para un molde circular de 20cm)

-Cernir harinas y polvos
-Aparte, batir en un tazón los huevos con la vainilla y el azúcar. Añadir las flores y agregar el agua y el aceite. Batir hasta incorporar. 
-Agregar los polvos y harinas cernidos al tazón anterior y mezclar hasta obtener una mezcla homogénia, sin sobrebatir. 
-Colocar en el molde preparado y hornear por 25-35 minutos, o hasta que un palillo insertado en el centro salga limpio. 
-Sacar del horno y dejar enfriar unos minutos, antes de desmoldar.
-Desmoldar y dejar sobre una rejilla para enfriar completamente. 
-Decorar con flores de lavanda, azúcar glass o, justo cuando lo saques del horno, puedes barnizar con jugo de limón y miel.

La receta original la puedes ver aquí (en inglés)

Espero les guste tanto como a mí. Nos leemos pronto. En tanto, cuídense, amen y disfruten. 

Referencias: 
https://www.nuevamujer.com/bienestar/2015/01/06/10-beneficios-de-la-lavanda.html
https://www.youngliving.com/es_MX/products/aceite-esencial-de-lavanda


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