Caras vemos…
Recuerdo muy bien el día en que conocí a Lucía. Una joven de estatura regular, piel blanca, ojos verde-azulados, guapa; muy guapa… pero con un tonito de voz medio fresa por el que no pude evitar juzgarla.
Recién ella llegaba a Colima del Distrito Federal para trabajar donde yo lo hacía… “chilanga y fresa” –decía entre mí- y para colmo, se le ocurre pedirme que le mostrara la ciudad. En esa ocasión pensé que tenía dos opciones: una, ponerme en un plan sangrón y decirle que no podía (lo que iba a hablar muy mal de la hospitalidad de las colimenses) y, la otra, decirle que sí, que aceptaba con las consecuencias que ello acarrearía para ella (lo último de esta frase, claro que no se lo dije, sólo lo pensé)…
Dicen que al mirar a una persona por primera vez, se requiere tan sólo de tres segundos para que podamos decidir cómo es, si nos agrada o disgusta, si puede ser confiable, si es una buena opción de pareja, o algo por el estilo.
Expertos que se dedican a la lectura del rostro, aseguran que el problema es que todo eso pasa de forma un tanto inconsciente. Alicia Silva, consultora internacional en este tema explicó en alguna ocasión que la compatibilidad entre las personas a través de los rasgos del rostro existe. Las facciones dan pistas de cómo es la persona, pero muchos desconocemos cómo leerlas. Dicha técnica es más utilizada en ciertas profesiones como para los headhunters o cazatalentos, detectives y para la policía.
Para Alicia Silva, el rostro es algo vivo y cambia todo el tiempo, por ello es importante observarlo constantemente y su forma tiene que ver con cuál es la misión en la vida y los tipos de profesiones más adecuadas, clasificándolos de la siguiente manera:
Cara delgada: Es gente frágil y delicada. Por lo general han vivido en ambientes difíciles y por eso necesitan protección. Son prácticos y eficientes, pueden ser buenos como gerentes, contadores o administradores.
Cara ancha: Son personas fuertes y aguantadoras. El mexicano tiende mucho a ser de este tipo; nuestros mejores deportistas tienen esta clase de rostro.
Cara redonda: Aparentan ternura por el parecido con los bebés. Son muy buenos para las ventas, para la política, para convencer, porque generan confianza en la gente.
Cara cuadrada: Muchos militares tienen este tipo rostro. Son gente que es disciplinada, que sabe seguir órdenes. Las caras más rectangulares indican que son buenos para alguien que trabaja en una corporación porque sigue reglas, pero es un poco más refinado.
Cara ovalada: Es más elegante. Quienes la poseen se dedican al trato personal y saben apreciar lo estético. Son buenos anfitriones, y por lo tanto, pueden funcionar bien en las relaciones públicas, como gerentes de un restaurante, diseñadores, arquitectos. Su rostro indica delicadeza y madurez.
Ya han transcurrido cinco años desde ese día en que conocí a Lucía y acepté darle un paseo por la ciudad de Colima, en mi vocho poniéndole a todo volumen a Joan Sebastián y al Buki (con toda la mala intención del mundo)… quién iba a pensar que ahora somos grandes amigas, las dos vivimos en el Distrito Federal y, a pesar de las diferencias de nuestros rostros, tenemos muchas más similitudes en el alma… y por supuesto, seguimos escuchando a Joan Sebastián y al Buki recordando siempre esa ocasión en que nos conocimos.
Confesión de hoy: Como dice mi amigo el Pío, “De decisiones fuertes se construyó este mundo”
Fuentes: www.lecturaderostro.com.
Diario El Universal. Lunes 25 de febrero de 2008
Recién ella llegaba a Colima del Distrito Federal para trabajar donde yo lo hacía… “chilanga y fresa” –decía entre mí- y para colmo, se le ocurre pedirme que le mostrara la ciudad. En esa ocasión pensé que tenía dos opciones: una, ponerme en un plan sangrón y decirle que no podía (lo que iba a hablar muy mal de la hospitalidad de las colimenses) y, la otra, decirle que sí, que aceptaba con las consecuencias que ello acarrearía para ella (lo último de esta frase, claro que no se lo dije, sólo lo pensé)…
Dicen que al mirar a una persona por primera vez, se requiere tan sólo de tres segundos para que podamos decidir cómo es, si nos agrada o disgusta, si puede ser confiable, si es una buena opción de pareja, o algo por el estilo.
Expertos que se dedican a la lectura del rostro, aseguran que el problema es que todo eso pasa de forma un tanto inconsciente. Alicia Silva, consultora internacional en este tema explicó en alguna ocasión que la compatibilidad entre las personas a través de los rasgos del rostro existe. Las facciones dan pistas de cómo es la persona, pero muchos desconocemos cómo leerlas. Dicha técnica es más utilizada en ciertas profesiones como para los headhunters o cazatalentos, detectives y para la policía.
Para Alicia Silva, el rostro es algo vivo y cambia todo el tiempo, por ello es importante observarlo constantemente y su forma tiene que ver con cuál es la misión en la vida y los tipos de profesiones más adecuadas, clasificándolos de la siguiente manera:
Cara delgada: Es gente frágil y delicada. Por lo general han vivido en ambientes difíciles y por eso necesitan protección. Son prácticos y eficientes, pueden ser buenos como gerentes, contadores o administradores.
Cara ancha: Son personas fuertes y aguantadoras. El mexicano tiende mucho a ser de este tipo; nuestros mejores deportistas tienen esta clase de rostro.
Cara redonda: Aparentan ternura por el parecido con los bebés. Son muy buenos para las ventas, para la política, para convencer, porque generan confianza en la gente.
Cara cuadrada: Muchos militares tienen este tipo rostro. Son gente que es disciplinada, que sabe seguir órdenes. Las caras más rectangulares indican que son buenos para alguien que trabaja en una corporación porque sigue reglas, pero es un poco más refinado.
Cara ovalada: Es más elegante. Quienes la poseen se dedican al trato personal y saben apreciar lo estético. Son buenos anfitriones, y por lo tanto, pueden funcionar bien en las relaciones públicas, como gerentes de un restaurante, diseñadores, arquitectos. Su rostro indica delicadeza y madurez.
Ya han transcurrido cinco años desde ese día en que conocí a Lucía y acepté darle un paseo por la ciudad de Colima, en mi vocho poniéndole a todo volumen a Joan Sebastián y al Buki (con toda la mala intención del mundo)… quién iba a pensar que ahora somos grandes amigas, las dos vivimos en el Distrito Federal y, a pesar de las diferencias de nuestros rostros, tenemos muchas más similitudes en el alma… y por supuesto, seguimos escuchando a Joan Sebastián y al Buki recordando siempre esa ocasión en que nos conocimos.
Confesión de hoy: Como dice mi amigo el Pío, “De decisiones fuertes se construyó este mundo”
Fuentes: www.lecturaderostro.com.
Diario El Universal. Lunes 25 de febrero de 2008
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