Los rompecabezas de la vida y un panqué de plátano de ensueño.
Y aquí estoy. Resurgiendo de entre las montañas de ropa que hay que doblar y la de trastes que hay que lavar, cual ave no fénix. Tengo más de un mes que quiero volver al ruedo de las redes, pero me enredo tanto en otras cosas de la vida real, que apenas hago tiempo. Eso sí. Nunca falta ese momento para sacar del cajón los pedacitos de sueños que, con cuidado, he guardado. Justo ahora, que veo las cosas desde la perspectiva de la esquina de mi cama, donde mis hijos brincan y hacen piruetas, moviendo mi pluma que se apresura a escribir lo más rápido posible para descargar un poco la mente y ganar el mérito de dormir mejor, aunque mañana, que quiera copiar lo escrito, termine cambiando algunas palabras que ni yo logro entender. Pero lo importante es hacer el ejercicio de escribir, para que el músculo no se atrofie y descansar mientras duermo. Esa sí que es una prioridad en mi vida, ahora. Que "likes" ni que nada. En este último año he aprendido y entendido que lo más importan