Los ninis


“Me llamo José y soy un nini”, soñé que decía un chavo de la edad en que yo iba a la prepa. Desperté con una sensación de decepción y enojo por ver a alguien con todas las posibilidades, limitado en un mundo en el que, por falta de oportunidades laborales, falta de cupo en las escuelas y también por la maternidad temprana, “ni estudia, ni trabaja”. Es un “nini”.

Jóvenes de entre 12 y 19 años que no estudian, ni trabajan. Cierto, ante la situación actual del país no es de sorprenderse, pero no por ello deja de uno de preocuparse. ¿Cuántos más hay en todo el país? Según la Revista Proceso, “Son 7 millones o más los jóvenes con techo, comida y vestido seguros marcados por la desilusión y precedidos por los Emos y la generación X”.

Como proveniente que soy de la generación “X”, y consciente de que las comparaciones nunca son buenas, no puedo evitar sentirme afortunada, porque si bien tampoco nos tocó la mejor época económico-política del país, al menos éramos más optimistas ante la vida, teníamos ilusiones, metas, retos y la oportunidad de elegir o hacer una carrera, que era lo menos, para conseguir un “buen trabajo”. Lamentablemente conforme fueron pasando los años, también cambiaron las ideologías y los intereses de los jóvenes.

Es entonces que comprendí a mis hermanos de la generación “Y”, y que comprendo a los chavos de la era de los ninis. Una segmento de la sociedad que ha respondido a su realidad nacional.

El problema en el caso de los ninis, no es sólo que no estudien ni trabajen. Sino todos los demás problemas que encierran o disfrazan, desde la responsabilidad del Estado incapaz de generarles espacios ni oportunidades necesarios, hasta los inevitables riesgos de caer en situaciones de depresión, drogadicción o vandalismo, porque si bien la mayoría no tiene –por ahora- la necesidad de trabajar o de buscar un ingreso económico para sobrevivir, en el momento en que tengan que enfrentarse solos a la vida, algo tendrán qué hacer.

Por lo pronto, lo mejor es no cerrar los ojos ante este fenómeno social que ha llamado la atención de muchos, desde intelectuales como Elena Poniatowska que hace poco comentaba que “entre más pronto se forme el hábito de lectura, mejor se revertirá a esta generación”, hasta los diputados y el gobierno que intentarán buscar opciones para integrar al sector laboral a este grupo de jóvenes. A ver quién gana: si las bandas de crimen organizado o la clase política… aunque como están las cosas… ni hablar.

Comentarios

  1. Hola... buscando una imagen dí con tu blog. Me parece que has hecho un trabajo excelente con el mismo. Enhorabuena!!

    Por otra parte, hablando de los nini, considero que las politicas que rigen en nuestra nación actualmente son un tanto culpables de todo esto, ya sabes TLC, el poco presupuesto ala eduación, la falta de espacios y la lista continua.

    Nosotros como Mexicanos debemos de seguir adelante y no redirnos, debemos desechar esa mentalidad de que como todo esta mal tambien nosotros debemos estarlo.

    Simplemente refuto esa idea.Saludos!!

    Sayonara...

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  2. Gracias Sachiel!. Tienes razón en la actitud de seguir adelante que debemos tomar. Al final, siempre hay de dos sopas en la vida. Saludos!

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