Tres hábitos que no pueden faltar en tu vida.
Dicen los kabbalistas que "quienquiera que se queje sin razón, el Creador lo encontrará y le dará una buena razón para que se queje. Pero si estás feliz sin tener una razón, el Creador te encontrará y te dará una buena razón para que seas feliz".
Si somos honestos con nosotros mismos, asumiremos que la mayor parte del tiempo tendemos más a quejarnos que a estar felices y, hasta cierto punto, es lo más "lógico, fácil y natural". Si no costara "trabajo o esfuerzo", no lo apreciaríamos.
¿Pero qué la vida no se trata precisamente de eso, de mejorar nuestra versión y hacer de este mundo un lugar mejor? Ahora que se acercan las fiestas navideñas, seguramente tednrás tu propia reflexión.
En tanto, quiero aprovechar para compartirte tres hábitos que en esta época puedes empezar a incluir en tu vida diaria y empezar el nuevo año de una manera diferente, abriendo las puertas a más bienestar y mucha energía positiva.
1. El hábito de agradecer
Todos podemos jactarnos de ser agradecidos. Y es que es fácil, especialmente, cuando nos dan algún presente, reconocimiento o algo que nos agrada. Pero ¿qué tan agradecidos somos con los retos y desafíos que la vida (o lo que sea en que tú creas) nos da cada día? Cuando enfrentamos obstáculos, podemos caer en la tentación de adoptar una actitud de víctima y podemos culpar a los demás por hacer nuestra vida más dura o por evitar que alcancemos nuestras metas. Lo cierto es que cada persona que cruza nuestro camino nos da una oportunidad para crecer, y por ello, merecen también nuestro agradecimiento.
Recuerda: quienes nos desafían, nos ayudan a aprender acerca de nosotros mismos, de la vida y elevar nuestra conciencia.
Así que además de agradecer, cada mañana y cada noche lo que te gusta, incluye todo lo demás.
2. El hábito de meditar
Meditar no se trata sólo de "poner la mente en blanco", estar en silecio y alcanzar la iluminación. Dicen que la mejor meditación es aquélla que vives día a día, sin reaccionar con enojos o insultos cuando algo sale mal -según nosotros-.
Sin embargo, darte 5 minutos al despertar y/o antes de dormir o enfrentar una situación "difícil", resultarán de gran ayuda. No para que las cosas salgan como queremos, pero sí para manejarlas de una manera más proactiva.
Lo único que hay que hacer es enfocarte en tu respiración y verás que: aumentará tu nivel de bienestar, dormirás mejor, aumentará tu paciencia y tolerancia, mejorarás tu intuición, reducirás tus niveles de estrés e hipertensión y comenzarás a experimentar sincronías y "casualidades" positivas en tu vida.
3. El hábito de compartir
Séneca dijo: “No hay deleite en ser dueño de algo que no pueda ser compartido”. Tan importante es la idea de dar que los kabbalistas han categorizado tres tipos diferentes, cada uno importante por diferentes razones: el dar comunitario, el diezmo y la caridad.
Generalmente creemos que es más satisfactorio recibir, tomar y obtener. Y para compartir, estamos menos dispuestos. Ponemos muchas excusas diciendo: "daré cuando tenga"... y está bien. Nada más que el compartir no se trata sólo de dinero o de cosas materiales; todos podemos encontrar un poco de tiempo, dinero y, por supuesto, algún don que podamos compartir. No porque nos sobre, sino porque al abrirlo a alguien más, éste crecerá.
Que sus vidas se llenen de buenos hábitos y ¡felices fiestas!
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