¿Por qué los niños dicen "fuchi" a las verduras?


Sí, también me ha pasado: como a la mayoría de las mamás  -a veces- también sufro porque mi hija no come las verduras (que yo quiero y en la cantidad que creo le hacen bien). Pero el sufrimiento no dura mucho, ni me desgasto. Les cuento por qué.

Creo que el primer error de muchas que cometemos como mamis es justamente pensar que los niños deben comer todo lo que les demos. En efecto, somos responsables de brindarles alimentos de calidad para su nutrición y buen desarrollo, pero eso no significa que tengan que hacer lo que les decimos, sin respingar. Ni tampoco que coman sólo lo que ellos quieran. Ya sé, suena contradictorio, pero así es la labor de mamá: mucho muy contradictoria y llena de ideas y decisiones que luego ni sabemos desde dónde nos vienen. En fin, será tema de otro post. Vuelvo a las verduras.

¿Qué tienen las verduras que no le gustan a los niños?

Hay estudios que aseguran que la causa puede ser el sabor amargo del Calcio presente en las espinacas, cebollas, col, brócoli, Otras investigaciones apuntan a que dependiendo de cómo se dio la alimentación complementaria, los niños que fueron alimentados a base de puré, tienden a rechazar alimentos que contienen varias texturas en uno y alimentos secos o duros; mientras que los que fueron alimentados libremente, tienden a rechazar más los purés o las sopas y caldos. OBVIO, hay excepciones. 

Lo cierto es que ya hay un buen grupo de alimentos detectado que no les gusta a una gran mayoría de los niños: 

-Coliflor, brócoli o coles de Bruselas: La verdad es que con el aroma que dejan cuando se cocinan, no es muy agradable. ¡Y mi hija tiene un olfato! Sin embargo, la coliflor y el brócoli, sí lo come cocido, pero no tanto para que esté un poco crocante, sazonado con aceite de oliva y un poco de sal. Las coles de Bruselas, ni de broma...aún. 

-Aguacates: Me cuesta creer que en el mundo existan personas que no amen a los aguacates. Pero reconozco que puede ser dífícil para muchos enamorarse de su textura y de su sabor que, aunque es una fruta, no es dulce. La única manera en que mi hija la come, es disfrazada en los batidos de chocolate, o como helado o como frosting, pero siempre con chocolate. 

-Pescados de sabor intenso: Muchos niños le hacen fuchi al salmón y prefieren los blancos o menos grasos. En este caso mi hija sí es excepción, porque de pescados, los únicos que come son el salmón y la sardina. 

-Melocotones: dicen que para los niños, la textura aterciopelada de los duraznos o melocotones, no les da mucha confianza de lo que pueden encontrar dentro. Pero si se les ofrece pelada, pueden tener más éxito en su consumo. Mi hija aún no puede ni con el aroma. 

Espinacas: Aquí el problema para muchos niños es la textura que toman cuando se cocinan. Honestamente, tienen razón...yo he intentado ofrecerla en jugos a mi hija, a veces se anima y a veces no. También hay recetas de hot cakes y panecitos donde se puede incluir, Algunos caen, pero otros, ni de broma. 


¿Qué podemos hacer para que las coman y las disfruten?

Esta parte me encanta, porque les compartiré tanto lo que a mí me ha funcionado, como otros tips que he leído: 

Primero, ubiquémonos. Son nuestros hijos, pero tienen una personalidad y gustos propios. Así que empecemos por respetarlos. 
Segundo, empecemos por obsevarnos y cuestionarnos qué tantas verduras o comida sana comemos nosotros como padres y guías, que además nos vean disfrutarla. Quizá en ese momento no la quieran, pero el hecho de ver que mamá y papá las degustan, les dará una referencia futura (al menos para probarlas). 
Tercero, no los presionemos ni los hagamos sentir culpables. Tampoco es nuestra culpa que no coman lo que nosotros queramos. Escuchémoslos y tratemos de ser creativos para negociar y cocinar. 
Ojo, cuando hablo de negociar, no me refiero a que si se come una zanahoria o un brócoli, le darán X o Y recompensa. Sino al hecho de servirle en su mesa varias opciones que incluyan lo que nos gustaría que comiera y lo que prefieren comer. Y todas estas opciones deberían de ser sanas. La cantidad que elija está perfecta. 



Calidad y no cantidad

El estómago de los niños es de mucho menor tamaño que el nuestro. Las abuelitas pensaban otra cosa, pero aún en contra de su idea, no se trata de que coman mucho, sino de que coman alimentos reales y de calidad. Solitos, los niños, son capaces de regularse y reconocer cuando tienen hambre o no. De los alimentos que me gustan mucho para mi hija, están los germinados (de alfalfa, rábano, brócoli, etc.) que le encantan con limón. Está lleno de nutrientes y con sólo un poco, está nutriéndose. 

A los niños -y a los adultos también- nos encantan las cosas dulces. Recuerden que ahora hay opciones para hacer de un simple pan, un súper pan (aquí en mi blog tengo muchas recetas), no es lo mismo hacerles hot cakes de caja, que unos hechos con avena, huevo, chia, yogur, etc. 

El principal alimento

Los niños durante su infancia están educando su paladar y creando sus gustos. Pero hasta la manera y el ambiente en que los alimentamos influye en ello. Así que si no quiere verduras, ni nada de lo que tú quieras que coma, intenta nutrirlo con mucho amor y un gran abrazo. 

Nos leemos pronto. 


Comentarios

Miembro de

Miembro de

Miembro de

Tienda de productos orgánicos en Facebook

Entradas populares