Lo que callamos los alérgicos

Acompáñenme a leer esta triste historia...



La verdad es que no es tan triste, porque siempre, todo depende del cristal con que se mire. Así que les cuento. 

Resulta que después de muchos años de padecer rinitis alérgica (por lo menos 20 de que me acuerdo), por fin, decidí ir a ver a un alergólogo. En realidad fue una latosa tos la que me "motivó", luego de que por más de tres noches seguidas no me dejara dormir (y a mi esposo, tampoco). En otros años la molestia era obstrucción en la nariz, a veces también algunas ronchas en el cuerpo, pero ahora me preocupó que fuera una tos que en verdad afectaba mi calidad de vida.

la rinitis alérgica es una enfermedad inflamatoria de la mucosa nasal, caracterizada por síntomas de prurito, rinorrea, congestión nasal y estornudos, inducidos por una respuesta mediada por IgE. 

Y ahí voy a una cita que postergué por años, gracias a lo ideática que soy: "que si salgo alérgica a algo que me gusta, que si es mucho tiempo de tratamiento, que si la vacuna, que si el dinero"... pretextos no me faltaron, por lo que entonces. optaba por ir al otorrino, que siempre me resolvía el problema con algún corticoide, antihistamínico y colorín colorado, hasta la siguiente temporada otoño-invierno. 

De hecho yo juraba que era alérgica al frío. Luego (hace casi tres años), me hice una prueba -en sangre- de sensibilidad alimentaria que me ayudó un poco, pero al final, cuando hacía frío, me noqueaban las molestias otra vez. Hasta que ahora me harté y, más por miedo a verme asmática en un futuro que por otra cosa, fui a la cita postergada (eso sin contar que mi hija también empezaba a presentar algunos síntomas). 

¿Sabían que la predisposición a desarrollar alergias se hereda? Pueden aparecer desde bebés, pero es más frecuente después de los cinco años. 


De hecho ya en el mismo sistema de salud se están enfocando en tratar las alergias tempranas (que antes no se hacía), para evitar futuros asmáticos. Eso me hizo recordar que de niña padecía mucho de la garganta. ¡Uf! me la pasaba en el pediatra y aún me acuerdo del Amoxil que me recetaban no sé cada cuando y así me fue dando lata mi nariz-garganta, combinado posteriormente con mi reflujo gastroesofágico, hasta que en el año 2000, en el IMSS decidieron mandarme a cirugía: un cornete estaba crecido, se me estaba yendo la voz y la solución era la rinoplastía con posterior terapia foniátrica. Así metieron mano en mi nariz. 

Lo cierto es que me recuperé y mejoré mucho. Es más, el otorrino hasta me regaló una "levantadita" de nariz, según sus cánones estéticos, pero bueno, fui feliz por varios años (como 10) hasta que de nuevo, un día en esta gran Ciudad de México, me volví a sentir tan mal en el frío que fui a dar otra vez con el médico especialista y ¿qué creen que tenía? ¡el cornete crecido! Sí, el mismo que me habían "cortado" en la cirugía años atrás. 

La solución de nuevo era cirugía, llevármela con medicamento y más recientemente (antes de ir con el alergólogo) la coblación (que cuesta unos pocos miles de pesos). Seguí optando por el medicamento, aunque con cierto miedo por las reacciones que puede provocar el uso de tanto corticoide.

Coblación

Por eso ya mejor fui a hacerme las pruebas cutáneas de Prick, para determinar la causa que provoca mi alergia y tener mejor control del asunto. Me quedaba claro que no era alimento alguno, ni sustancia o medicamento. Así que esos piquetitos en los brazos (antebrazos, en mi caso) o espalda, con más de 40 alergenos, a los que tanto le huía, no fallarían.

Las reacciones más frecuentes que indican estas pruebas son: alergias alimentarias, ácaros del polvo, fármacos, hongos y polen. 

Y en efecto. Fue cuestión de una semana para tener unas perlas de hallazgos que hizo el alergólogo:

1. Mi asunto de rinitis data de hace muchos años, no de 10 ni de 20, sino desde niña
2. Si en lugar de haberme hecho cirugía, me hubieran mandado a alergólogo, no hubiera sido necesario que "metieran mano" en mi nariz... y el resto de los "hubiera" posibles
3. Soy del afortunado 30% de la población que no se volvió asmática por alergias mal tratadas
4. Resulté alérgica al polen del árbol Fresno, del árbol Trueno y del Olivo (ojo, al polen, no al árbol)
5. ¿Adivinen cuál es el árbol que más abunda en la ciudad y en la zona donde vivo? Sí, Fresno y Trueno
6. La temporada de polinización de estos árboles es justo en en otoño-invierno ( de diciembre a marzo)
7. También resulté alérgica al polvo de ácaro (eso ya me lo sospechaba)
8. Por suerte, a ninguno de mis alimentos favoritos (chocolate, huevo, leche, etc)

Auch, mis bracitos 


Y en qué acaba esto:

Lo mejor de todo fue saber que mi "problema" no es taaaan grave y que me dieron la opción de seguir con medicamento, ya que hay otros casos en donde la vacuna (inmunoterapia) es la única opción. Por supuesto, ahora que sé la causa, también puedo tomar otras precauciones y cuidados más efectivos.

Así que si ustedes o principalmente sus hijos se enferman frecuentemente de las vías respiratorias (más de ocho veces al año) consideren la opción de un alergólogo. En el mundo hay aproximadamente 400 millones de personas que viven con rinitis alérgica (bueno, habemos) y la mayoría de ellos no recibe el tratamiento adecuado, porque los síntomas se confunden con los del resfriado.

Los síntomas dan más lata en la noche y, créanme, en verdad afectan la calidad de vida. Lamentablemente, las alergias no se curan. Sólo se controlan y aquí es donde entran apoyos externos como la alimentación, buenos y nuevos hábitos, entre otras acciones más que tienen qué ver con el ambiente o entorno de quien la padece.

¿Cómo sobrellevan ustedes su alergia?


Algunas notas de interés
https://www.mypress.mx/salud/alerta-cdmx-altos-niveles-polen-aire-2306
http://rema.atmosfera.unam.mx/rema/



Por cierto, para quienes gusten descargar el calendario mensual, les dejo aquí el de febrero.





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