Mi batalla de mujer



Y un día decidí dejar de luchar afuera, dejar de ser "machista" para ser "respetada"; aprendí que comportarme como algunos "hombres" me hacía lucir más fuerte y menos vulnerable; que saber sostener la mirada, aunque muriera de miedo, daba puntos en mi espacio y creaba un cerco de seguridad invisible...pero me cansé. 


Me cansé, porque vi que venía del miedo, de la inseguridad, de una falta de amor propio con la que crecí. Y miré hacia adentro. Y leí de feminismo y admiré a muchas mujeres que la pasaron peor que yo. 


Hice las paces conmigo. Aprendí a quererme, a cuidarme a respetarme; todavía me falta mucho, porque tuve la dicha y el valor de ser madre. Primero, de una niña que -si Dios quiere- será mujer, luego de otra niña y, maravillosamente de un varón también. 


Entonces, el miedo se triplicó, por supuesto. ¿qué madre no lo siente, al tener entre sus manos almas tan puras que formar? Sólo de ver el mundo, podría desvanecerme de horror. Afortunadamente, antes de volver a mí, veo sus ojos y todo lo que en silencio dicen, confían, esperan...


Quizá como aquellas mujeres que cada día como hoy son recordadas. Madres, esposas, hijas, hermanas y, además, luchadoras. Sí, confieso que a veces me apena "luchar" desde la incomodidad de mi casa, pero aquí es donde ahora soy mas necesaria. 


Mi admiración, respeto y cariño para cada mujer que ha librado sus batallas, internas y externas y para quienes desde sus trincheras siguen haciendo (porque las mujeres hacemos siempre más de lo que decimos) de este mundo un mejor lugar para todos, sin importar el género y la especie. Ojalá y la vida nos de la oportunidad de ser más justos, conscientes y empáticos para poder vernos con respeto y dignidad humana. 


Por mis hijas, por sus hijas...y también nuestros hijos💖

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