Mudanzas























La idea es leer esto imaginándote la canción del mismo nombre. Tal vez resulte cómico-mágico-musical, pero lo cierto es que es real; tan real que es cuando canciones como esta cobran sentido…

-¿Qué estás haciendo hoy?
-Empaco… estoy empacando mis cosas.
-¿Te vas? ¿A dónde?
-Me mudo aquí cerca.
-Y ¿Por qué? Si es tan cerca, ¿no daría lo mismo que siguieras aquí?
-No.
-¿Estás… triste?
-No.
-¿Entonces?
-No. Sólo que el hacer maletas, ya sabes, como que te revuelve muchas cosas aquí adentro…
-¿Cómo cuáles?
-Pues todo. El hecho de saber que dejas un lugar en donde pasaste momentos especiales; todo lo que te encuentras mientras empacas… saber que tienes amigos que te apoyan, te ayudan y confían en ti; saber que hay cosas que tienes que dejar porque no caben en tu nuevo espacio y, bueno, por supuesto, esa sensación de no saber lo que viene, pero que sientes será mejor.
-Y… ¿te irás sin despedirte?
-¿De qué o de quién?
-Tú ya sabes.
-¡Ah! pues no sé. A veces las cosas no dependen nada más de uno…
-Empacas muy rápido. Se ve que ya tienes experiencia.
-¡Ja! ¿Sabes cuántas veces me he mudado? ¡Diez! y de las diez, esta es la segunda o tercera que lo hago por gusto.
-¿Las demás no querías o qué?
-No, no quería. Es muy diferente cuando lo haces por gusto a cuando es por obligación o necesidad. Sí, como muchas cosas en la vida.
-Entiendo…
-¿Sí?
-Sí.
-Muy bien… bien por ti… sólo por eso te llevaré conmigo.
-¡Gracias!
-De nada.
-¿Y qué dejarás? ¿Puedo preguntar, no?
-Mmmh… sí. Para empezar los 42 escalones que tenía que subir y bajar todos los días…
-Te servían de ejercicio. ¿No decías eso?
-Sí, pero eso no quería decir que me gustara.
-¿Y qué más?
-Pues todo lo que no usé en el año que estuve viviendo aquí y está aún en perfecto estado…
-Ajá… ¿Y qué más?
-Sí, sí… también dejaré eso que he venido arrastrando por años inútilmente… bueno, al menos lo intentaré… La verdad, no quiero cargar con muertos, con cuerpos inertes que sólo te succionan el amor, la pasión, la vida y no son capaces de ver más allá de sí… no son capaces de mirarte a los ojos, ni de tocar tu corazón.
-¡Vaya! ¡Por fin! ¿Lo dices en serio?
-Sí, ¡Carajo!
-Pues estás en un cuarto piso… lánzalo por la ventana.
-¡Ja! Sí… pero te digo que ya no quiero cargar con eso ¡ni un piso más! ¡ni un escalón!
-Pero ¿No estás triste ni enojada, verdad?
-¿Qué mas da? En cuanto cierre esta puerta me pondré feliz…
-¿Porque empezarás de nuevo?
-¡Sí!
-¿Otra vez?
-Sí. Cuantas veces sean necesarias lo haré
-¿Harás qué?
-Todo: perdonar, liberar, llorar, reír y, por supuesto, amar. ¿Qué dices? ¿Te quedas o vienes conmigo?
-¡Claro! Aunque quieras, sabes que no te puedes dejar.

Comentarios

  1. Robot:

    5 minutos.
    Te doy mi palabra que despuès de 5 minutos de platicar con la autora del blog bastaràn para que no sepas dònde estàs parado... ¿Te arriesgas?

    ResponderEliminar
  2. independientemente del pleito que se traigan ese par... me gustó el artículo...es dificil cerrar ciclos en la vida, aunque resulte sano e indispensable, tanto que aveces se duda , si se requiere mas valor para vivir o para morir

    ResponderEliminar

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