El puente de los tiempos perfectos

Sentémonos un momento y dejemos que el viento nos vuele las gorras.

Estamos justo a la mitad del puente, donde podemos jugar con los tiempos (verbales, emocionales, históricos, los de los relojes y esos que no vuelven). Hacia acá, está lo que fue. Hacia allá, lo que será y, aquí, cabe hasta el "hubiera".

Pasado, honrado. 

Hay fechas que nos marcan, personas, momentos. lugares, cosas que, sin su permiso, metemos en la caja negra de los recuerdos. Allí, como buenos cómplices, nos esperan sin prisas, seguros de que volveremos, aunque sea un instante, cuando nos sintamos perdidos en el presente.
Dicen que pasado, pisado. Pero ¿cómo o para qué re-negar de lo que nos permitió ser lo que somos hoy? Podemos ser nuestros peores jueces y ¿sabes? Hasta la Luz tiene compasión de nosotros, porque no, no podemos salir del fango sin su ayuda. Dice el adagio:

“Hay tanto de bueno en lo peor de nosotros y tanto de malo en lo mejor de nosotros que no nos corresponde encontrar fallas en los demás”. 
Así que espero enseñarte a que no seas tan dura contigo.

Presente, consciente.

Cuando la carencia se convirtió en deseo, pedí. 
Pedí y te me concediste. 
El contrato era extenso y no leí las letras chiquitas (seguramente decían algo sobre la paciencia, la libertad y la independencia personal), pero no importa, porque por fin cumplía con el requisito más importante: amor total. Tú sabes que desde entonces lo practico a diario en mí, en ti, en papá; como si no hubiera mañana y, ya ves: de repente me doblo, me doblo...pero no me quiebro. A veces, me canso...me frustro, me enojo, me desespero y, también hago berrinches, pero nada más.

Los berrinches de adultos no son bien vistos (aunque todos, todo el tiempo los hacemos) así que disfruto verlos en ti y aprendo lo útiles que pueden ser como señal de que estamos desconectados de nuestra verdadera esencia. Por eso te abrazo.

Ahora, ven para acá.


Futuro, deseado. 

 Voy a mandar estas palabras al futuro, donde espero que la vida me alcance para seguirte abrazando, cuidando, besando, arrullando, alimentando, nutriendo, cantando, apoyando, guiando, consolando, horneando, disfrutando, escribiendo, aunque no me leas (ahora)... pero sé que me escuchas, como también sé que me sientes feliz o estresada o preocupada o inquieta. Gracias por escogerme así como soy. He mejorado, te lo aseguro.


Ser mamá no me define, pero sí ha delineado mejor mi sombra y aprendemos a llevar la fiesta en paz, por ti, contigo, por todos. Así se hizo este puente, con perdón, amor, aceptación, recuerdos, deseos, sueños, personas y, desde hace dos años, es mi lugar favorito. A las 01.25 horas, el tiempo se detiene para que se abran las puertas del cielo, de donde viniste y, hasta allá, agradezco el encargo.
Algo hice de bueno... espero seguir haciéndolo.

Raquel, Rajel.. gracias por cada momento. Hagamos un pastel :)



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