Ese olor natural
Por fin pude sentarme de nuevo y vaciar las letras de mi cuaderno, escoltadas por dibujos de Peppa Pig, globos y columpios (por supuesto, hechos por mí esmeradamente) que ya habitan mis hojas como su casa. Raquel siempre me pide se los dibuje y espero que ahorita juegue con ellos durante su siesta. Yo, aprovecho para desahogarme acompañada de un pulque de avena. ¿Les gusta el pulque? Este lo compré en Xochimilco el fin de semana pasado.. había de sabores, pero muy dulces para mi gusto y preferí el natural que, llegué a "curar" en casa.
Me encanta por refrescante. Dicen que tiene otras virtudes; lo cierto es que he aprendido a apreciar y a disfrutar de los alimentos fermentados como el pan de masa madre, los vegetales o el kefir, por su sabor, pero sobre todo, por sus aromas, que delatan vida...¡ajá! como los nuestros.
Si les preguntaran cómo es su olor "natural", ¿qué responderían? A veces creo que lo perdemos o ni siquiera lo tenemos registrado por tanta cosa que nos echamos encima. ¿Conocen a alguien que no use NADA para oler "bonito", más allá del agua y jabón?
Creo que a muchos nos da entre miedo y pena oler mal y, es justo esa inseguridad, la que ha hecho que la industria produzca tantos tipos de desodorantes, perfumes, cremas y menjurges que hacen nuestra cuenta del súper más gorda y la contaminación más grande.
Es lógico pensar que antes no se usaba tanta cosa. Fue hasta principios del Siglo XX que prosperó la idea de usar desodorante, gracias a un publicista que hizo anuncios advirtiendo a mujeres que sus axilas podrían estar olorosas y ellas ni siquiera darse cuenta. Así es, nos llegaron por la inseguridad... y hasta la fecha.
Por supuesto que olemos. Somos un mundo de bacterias... y algunas se fermentan de más. Pero el chiste está en saber dejar las bacterias buenas y eliminar o evitar las malas. No es tan complicado como parece, pero sí implican un gran poder y deseo internos, amor propio y compasión ¡ja,ja!
Sin tanto rollo, con tres cosas habrá grandes cambios:
-Evita usar desodorantes o antitranspirantes. El antitranspirante, porque impide que sudes y ambos, porque contienen aluminio y más sustancias tóxicas.
-El mal olor corporal también se relaciona con el estilo de vida. Evita exponerte a toxinas ambientales y de alimentos, así como al estrés. Aquí aplica la frase de "Dime a qué hueles y te diré qué comes".
-Deja la idea de que sudar es malo. Puede ser desagradable, pero sudar ayuda a eliminar toxinas, virus y bacterias.
El proceso de desintoxicación no es fácil, pero tampoco es eterno. Yo tuve un gran motivo: cuando nació Raquel, dejé de usar desodorantes por temor a contaminar mis pechos para alimentarla...súmenle el proceso hormonal...¡uuufff! Pero fue así como descubrí opciones: el bicarbonato, el limón, el aceite de coco y recientemente conocí a una chica que se dedica a hacer otros con polvo de arroz y arcilla de bentónica para desintoxicar y neutralizar los olores; aceites esenciales orgánicos de lavanda y árbol de té que próximamente tendremos en la tienda de Linaza y Chía.
Pero hoy les compartiré la receta del Dr. Mercola (ya saben que soy fan), por si se animan a hacerlo en casa:
Desodorante Natural Hecho en Casa con Aceite de Coco
Ingredientes:
3 cucharas soperas de aceite de coco virgen
2 cucharadas soperas de aceite de karité (opcional)
3 cucharadas soperas de bicarbonato de sodio
2 cucharadas soperas de fécula de maíz
5 gotas de aceites esenciales (lavanda, naranja, etc.)
Preparación:
Procedimiento:
Haga un baño maría al colocar un frasco de vidrio de cuarto de litro en el centro de una olla pequeña con agua. Ponga agua a hervir a fuego lento. Agregue aceite de coco y mantequilla de karité en la jarra y déjelo hasta que se derritan.
Apague la llama, agregue bicarbonato de sodio y la fécula de maíz y mézclelo hasta que quede completamente uniforme. Mézclelo con el aceite esencial de su elección. Déjelo enfriar.
El desodorante se endurece a temperatura ambiente. Puede raspar una pequeña bola y aplicarlo directamente en sus axilas, o transferirlo a un tubo de desodorante viejo para una aplicación más sencilla. En los meses más calientes, necesitará mantener a este en el refrigerar para prevenir que el aceite de coco se haga líquido.
Y para las más prácticas como yo;
Si se animan ¡feliz proceso de desintoxicación! Y si no, podemos empezar con la desintoxicación de ideas y prejuicios sobre nuestros cuerpos.
Me encanta por refrescante. Dicen que tiene otras virtudes; lo cierto es que he aprendido a apreciar y a disfrutar de los alimentos fermentados como el pan de masa madre, los vegetales o el kefir, por su sabor, pero sobre todo, por sus aromas, que delatan vida...¡ajá! como los nuestros.
Si les preguntaran cómo es su olor "natural", ¿qué responderían? A veces creo que lo perdemos o ni siquiera lo tenemos registrado por tanta cosa que nos echamos encima. ¿Conocen a alguien que no use NADA para oler "bonito", más allá del agua y jabón?
Creo que a muchos nos da entre miedo y pena oler mal y, es justo esa inseguridad, la que ha hecho que la industria produzca tantos tipos de desodorantes, perfumes, cremas y menjurges que hacen nuestra cuenta del súper más gorda y la contaminación más grande.
Es lógico pensar que antes no se usaba tanta cosa. Fue hasta principios del Siglo XX que prosperó la idea de usar desodorante, gracias a un publicista que hizo anuncios advirtiendo a mujeres que sus axilas podrían estar olorosas y ellas ni siquiera darse cuenta. Así es, nos llegaron por la inseguridad... y hasta la fecha.
Por supuesto que olemos. Somos un mundo de bacterias... y algunas se fermentan de más. Pero el chiste está en saber dejar las bacterias buenas y eliminar o evitar las malas. No es tan complicado como parece, pero sí implican un gran poder y deseo internos, amor propio y compasión ¡ja,ja!
Sin tanto rollo, con tres cosas habrá grandes cambios:
-Evita usar desodorantes o antitranspirantes. El antitranspirante, porque impide que sudes y ambos, porque contienen aluminio y más sustancias tóxicas.
-El mal olor corporal también se relaciona con el estilo de vida. Evita exponerte a toxinas ambientales y de alimentos, así como al estrés. Aquí aplica la frase de "Dime a qué hueles y te diré qué comes".
-Deja la idea de que sudar es malo. Puede ser desagradable, pero sudar ayuda a eliminar toxinas, virus y bacterias.
El proceso de desintoxicación no es fácil, pero tampoco es eterno. Yo tuve un gran motivo: cuando nació Raquel, dejé de usar desodorantes por temor a contaminar mis pechos para alimentarla...súmenle el proceso hormonal...¡uuufff! Pero fue así como descubrí opciones: el bicarbonato, el limón, el aceite de coco y recientemente conocí a una chica que se dedica a hacer otros con polvo de arroz y arcilla de bentónica para desintoxicar y neutralizar los olores; aceites esenciales orgánicos de lavanda y árbol de té que próximamente tendremos en la tienda de Linaza y Chía.
Pero hoy les compartiré la receta del Dr. Mercola (ya saben que soy fan), por si se animan a hacerlo en casa:
Desodorante Natural Hecho en Casa con Aceite de Coco
Ingredientes:
3 cucharas soperas de aceite de coco virgen
2 cucharadas soperas de aceite de karité (opcional)
3 cucharadas soperas de bicarbonato de sodio
2 cucharadas soperas de fécula de maíz
5 gotas de aceites esenciales (lavanda, naranja, etc.)
Preparación:
Procedimiento:
Haga un baño maría al colocar un frasco de vidrio de cuarto de litro en el centro de una olla pequeña con agua. Ponga agua a hervir a fuego lento. Agregue aceite de coco y mantequilla de karité en la jarra y déjelo hasta que se derritan.
Apague la llama, agregue bicarbonato de sodio y la fécula de maíz y mézclelo hasta que quede completamente uniforme. Mézclelo con el aceite esencial de su elección. Déjelo enfriar.
El desodorante se endurece a temperatura ambiente. Puede raspar una pequeña bola y aplicarlo directamente en sus axilas, o transferirlo a un tubo de desodorante viejo para una aplicación más sencilla. En los meses más calientes, necesitará mantener a este en el refrigerar para prevenir que el aceite de coco se haga líquido.
Y para las más prácticas como yo;
Si se animan ¡feliz proceso de desintoxicación! Y si no, podemos empezar con la desintoxicación de ideas y prejuicios sobre nuestros cuerpos.
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