Nostalgia inevitable y una cajita de gratitud
Por lo vivido y que no volverá
por lo no logrado
lo recuperado y
lo "perdido"
Por lo que nunca fue como tanto quisimos...
Por lo que se nos fue de las manos;
de la vida.
Por lo que conservamos de ella,
aunque no nos guste...
Sí. Es sólo un "final" simbólico... sólo que los "finales" siempre me dan nostalgia. Honestamente, no sé si cuando "terminamos" algo, en verdad acaba o, simplemente, lo pasamos a otro plano (como el de los recuerdos, por ejemplo), donde sigue teniendo algo de "vida manipulable".
Así pasará mi 2016 con todo lo que trajo. No sé que se lleva, porque guardé todo hasta en el inconsciente, donde los tiempos se cruzan y en mis sueños fluyen sin orden. Sólo hay algo que dejo para esos momentos locos de "lucidez" consciente: lo que me recuerda que soy humana y que a veces tengo más de lo que puedo merecer. Eso hasta lo escribo para restregármelo en la cara cuando hace falta.
Espero que en el 2017 sean menos las ocasiones. Como sea, estoy más que lista con mi "cajita de gratitud". Aquí caerán los buenos momentos, deseos, personas, anécdotas, cotidianidades que siempre que me sienta "doblada", me ayudarán a ver, apreciar y conectar. Para muchos, serán papelitos con palabras que no digan mucho, pero para mí, serán palabras de fuerza y aliento.
Puede ser un frasco, una botella, una caja cualquiera... el valor, se lo da uno mismo.
Que en este año que termina, apreciemos todo lo que nos dio y que el próximo sea por mucho, mejor en todos los sentidos.
Que en su mesa nunca falte el pan, ni en sus corazones la compasión de ver a los demás como parte de nosotros.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por tu visita!