Operación "lunch"
El inicio de una nueva etapa
Dicen que no hay plazo que no se cumpla y así fue: Raquel inició su primer ciclo escolar y nosotros con ella. Confieso que ambas estábamos un poco nerviosas, pero igualito que en la película "Mascotas 2", el lunes fuimos con valentía hasta la escuela.
Esa mañana, las horas se me hicieron tan largas, que no pude evitar sentarme unos instantes a chillar mientras observaba su sala de juegos hecha un desmadre -y, ahora, ¿quién me ayudará a ordenar?- pensé, mientras mi marido me consolaba. Y, sí, ni modo. Agarré aire y me puse a vivir mi nueva rutina.
Cuando por fin se acercó la hora de la salida, sus muñecos Elmo, Enrique, su papá y yo estábamos más que listos para recibirla. Para nosotros era un momento muy importante, pues sabríamos su primera impresión que fue: "Mamá, ¡me encantó mi escuela!"
No ha sido fácil. Hay días en que no le encanta todo lo de su escuela, pero afortunadamente, su deseo sigue siendo ir "para aprender muchas cosas" y, yo, la verdad, disfruto tanto esos momento de entrada y salida en que me cuenta toda su experiencia.
Si, yo no quería escolarizarla aún, pero a petición de ella, buscamos la opción que nos pareció mejor. Al final, mi objetivo era justamente ese: que tuviera los elementos para comunicarse, la confianza para contarme lo que le ocurriera, no le gustara o le preocupara. Porque estoy convencida que el acompañamiento de los papás es esencial en los primeros años de esta etapa. Ojalá y todo siga así.... ya les contaré. ¿Cómo les fue a ustedes?
La operación "lunch"
Como siempre pasa en cada ciclo escolar, el lunch es el coco de muchas mamás. Y es que, en efecto, un niño o niña bien alimentados, tendrán mejor concentración, rendimiento y energía. No es propiamente un desayuno y, mucho menos una comida, por eso quizá se complica. Pero es más simple que hacer bocaditos decorados con formas y esas cosas. A mí no me gusta hacer eso, porque primero, quita tiempo; segundo, a mi hija no la acostumbré así y, tercero, es comida. Pero respeto y admiro a quienes hacen de todo eso casi un arte.
Así que partiendo de que todos conocemos a nuestros hijos y sus gustos (que no deben tener los mismos gustos que nosotros, ni las mismas necesidades nutricionales), les comparto mi 1, 2, 3 para armar el lunch:
1. Elige alimentos de buena calidad nutrimental: Haz una lista de lo que le gusta a tus hijos, que tienes al alcance de tu presupuesto y que hay generalmente en tu localidad. Buscar recetas en internet te puede dar ideas, pero muchas veces no encuentras los ingredientes, porque son de otros lugares o simplemente, no le gustan a tu hijo.
2.- Combina los alimentos de manera que incluyas al menos unos de estos grupos:
-Furtas (crudas, cocidas, al vapor o asadas)
-Verduras (de todo tipo, crudas o cocidas)
-Alimentos de origen animal (magros y bajos en grasas)
-Cereales integrales (asegúrate que en verdad sean integrales, en el caso del pan; las tostadas horneadas son una buena opción, la quinoa aunque no es un cereal, también)
-Tubérculos (el camote y la papa, preferentemente cocidos u horneados)
-Leguminosas (lenteja, garbanzo, frijol de todas las variedades)
-Grasas saludables (semillas, nueces, aceites de aguacate, olivo y coco)
2.- Combina los alimentos de manera que incluyas al menos unos de estos grupos:
-Furtas (crudas, cocidas, al vapor o asadas)
-Verduras (de todo tipo, crudas o cocidas)
-Alimentos de origen animal (magros y bajos en grasas)
-Cereales integrales (asegúrate que en verdad sean integrales, en el caso del pan; las tostadas horneadas son una buena opción, la quinoa aunque no es un cereal, también)
-Tubérculos (el camote y la papa, preferentemente cocidos u horneados)
-Leguminosas (lenteja, garbanzo, frijol de todas las variedades)
-Grasas saludables (semillas, nueces, aceites de aguacate, olivo y coco)
(Recuerda la lista del paso 1)
3.- Elimina lo que no es bueno ni nutritivo.
Para mí, los embutidos industriales procesados, refrescos, jugos de frutas y lechitas de sabores de caja, yogures azucarados, comida rápida empaquetada y TODO lo que en su etiqueta diga que contiene colorantes artificiales, jarabe de maíz de alta fructosa, glutamato monosódico y grasas parcialmente hidrogenadas o "trans".
Para mí, los embutidos industriales procesados, refrescos, jugos de frutas y lechitas de sabores de caja, yogures azucarados, comida rápida empaquetada y TODO lo que en su etiqueta diga que contiene colorantes artificiales, jarabe de maíz de alta fructosa, glutamato monosódico y grasas parcialmente hidrogenadas o "trans".
Como mi hija es algo "selectiva" con lo que come, ella misma elige qué llevar de lunch, de todas las opciones que le pongo. Esta semana estuvo más o menos así (de los días que me acuerdo):
Lunes: Salchicha orgánica, huevo duro, un dátil y una galleta de arroz
Martes: Avena con pasas y leche de almendras, bluberries y zanahorias baby, mitades de nuez pecana cubiertas con chocolate
Miércoles: Frijoles refritos con elote y totopos de tortilla de maíz, bolitas de queso mozzarella (y no me acuerdo qué más)
Jueves: Pasta con salsa de tomate, alegría de amaranto (hecha en casa), pepinos, bolitas de queso y galleta de arroz con untable de dátil y chocolate.
Mañana es viernes y aún no hemos platicado sobre qué llevará. La próxima semana les cuento.
Y por último:
Unos tips:
- Platiquen con sus hijos y pregúntenles qué les gusta llevar
- Involúcrenlos en el proceso, desde la compra, preparación y explíquenles por qué unas cosas sí y otras no es conveniente que las coma
- No les llenen la lonchera de comida ni los castiguen o regañen porque no se comen todo. Hay días así. Mejor pregunten cómo se sienten
- No confundan la comida con amor o cariño
- Si no quieren que sus hijos coman algo, empiecen por dar ustedes como papás el ejemplo.
En este post pueden encontrar más ideas de snacks nutritivos para toda la familia.
¡Nos leemos pronto!
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