La caja del tiempo.


El 22 de octubre de 2007, durante los trabajos de reconstrucción de la Catedral Metropolitana fue encontrada una caja de plomo con cerca de cincuenta objetos de finales del siglo XVII.

La caja de 15.5 x 8.2 centímetros contenía veintitrés monedas conmemorativas, cinco monedas de plata y 11 medallas religiosas; además, cinco grabados, cinco cruces de palma, un relicario, un dibujo y un pergamino que fueron restaurados por personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La urna fue depositada al interior del hemisferio de la torre oriente de la Catedral el 14 de mayo de 1791, de acuerdo con la inscripción que trae grabada y que hace alusión al término de los trabajos realizados en el edificio por el arquitecto José Damián Ortiz de Castro.

Y así entonces, Xavier Cortés Rocha, director de Sitios y Monumentos del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, informó que La Caja del tiempo forma parte de una vieja tradición, que consistía en la colocación de objetos de la época para conmemorar el inicio o conclusión de la construcción de edificaciones importantes, como fue la Catedral Metropolitana, cuyo proceso comenzó en 1573 y culminó en 1813.

Hace unos días, el Presidente Calderón continuó con esta tradición al depositar, en el mismo lugar en el que fue encontrada, la caja –ahora de acero inoxidable- con testimonios de mexicanos y mexicanas de nuestro tiempo que desempeñan actividades públicas, privadas, culturales, artísticas, deportivas y científicas.

Si bien para el Presidente (por primera vez en un acto relacionado con la iglesia católica) se trató de “una señal que deja constancia de las tareas que realizamos, de nuestros anhelos, de nuestras opiniones, del sentido de pertinencia e identidad que orgullosamente tenemos los hijos de esta tierra y de nuestro afán de continuidad y de historia”, me pregunto qué representará en particular para cada uno de los hombres y mujeres de nuestro país.

Si en nuestras manos estuviera dejar una Caja del Tiempo para las generaciones del futuro, ¿qué dejaríamos en ella?... Es más, si tuviéramos qué hacer una muy personal Caja del Tiempo para nuestros hijos o nietos, ¿qué les diríamos, qué les mostraríamos?

Supongo que igual y un poco de lo que pusieron en esta nueva Caja: una lista de intenciones, de sueños con lo que algunos consideraron lo mejor que tenemos: testimonios de políticos, juristas, académicos, religiosos e intelectuales, pero también la bandera de México, un ejemplar de la Constitución, música mexicana, obras de Octavio Paz, colección de monedas de los estados de la República y una foto satelital de todo el país. Asimismo, se encuentra una edición de periódicos mexicanos, el genoma decodificado del maíz mexicano, una relación de las aportaciones de México al mundo, saludos en lenguas indígenas y hasta una foto del uniforme del país para las Olimpiadas de Beijing 2008.

Ojalá y las generaciones futuras aprendan de esta y no sólo se burlen de lo que somos y tenemos ahora.

Confesión de hoy: El mayo error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón. (M. BENEDETTI)

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