Amores Cautivos II

...Al día siguiente, Isabel despertó tal como se había dormido: llorando. Entumida, por haberse dormido en la silla la noche anterior, se levantó hacia la ventana y vio que el día estaba más triste que ella; gris, nublado, lluvioso y frío.
Entonces fue difícil saber quién lloraba más, si el cielo o ella.

Pocas veces se desahogaba de tal manera. Aprovechaba siempre los espacios que su familia le daba, como ese fin de semana en que su esposo y sus hijos se fueron de excursión. Ella decidió no acompañarlos porque días atrás se enfermó; eso aunado a que entre su marido y ella, tenían un acuerdo de darse espacio individual: un fin de semana completo para cada quien, así que ahora le tocó a ella.

Se refugió en su recámara, pero antes de meterse en la cama, sacó del cajón de su armario la caja donde guardaba sus cartas. No pudo evitar hojearlas y detenerse a leer algunas:

1997 “… ¿Sabes que al final lo lamentaremos? Yo sí y mucho.
Quería estar contigo y mira, terminaré lejos y con alguien que no eres tú…”

2000 “…Y entonces ya sabrás
¿Qué es peor?
¿Estar con alguien sin amar o
amar a alguien que no está?

Así hojeó una y otra vez los papeles en sus manos. Hasta que recargó su cabeza en la almohada y se quedó mirando al techo, como tratando de encontrar algo de la nada.

Al poco rato dejó de llover e Isabel decidió salir a caminar al parque. Le quedaba a dos calles y necesitaba aire. Extrañaba caminar y lo disfrutaba mucho cuando el clima era frío. Se sentó en una esquina de la fuente y vio pasar gente, perros, parejas tomadas de la mano y… a él; sentado en el café de enfrente. ¡No lo podía creer! Se quedó trabada, mientras él pagaba la cuenta y se levantaba… Isabel bloqueada aún, sólo atinó a levantarse de un salto, pero no pudo hacer más. De inmediato, él la reconoció y se dirigió corriendo hacia ella.

Un fuerte abrazo y un beso en la mejilla fueron el preámbulo de una charla, breve, pero emotiva. Lo suficiente para que Isabel regresara a casa mucho más tranquila, sensata. Dispuesta a cerrar ese capítulo en su vida, dispuesta a dejar en la caja de sus recuerdos a un gran amor del pasado, pero sobre todo, dispuesta a seguir su vida con la familia que decidió formar, con un hombre que sabía, también podía amar y mejor aún, asumiendo sus consecuencias.

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