Hoy, ayer, mañana y siempre... No a la violencia contra mujeres y niñas.

El 25 de noviembre conmemoramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres. Ya saben, autoridades y gobiernos promoviendo por todas partes el asunto; la radio, la televisión, los periódicos; eventos por aquí y por allá…al menos así, un sector de la gente se enteró de ello.

Sin embargo, no puedo dejar de señalar eso que para mí es más como un doble discurso oficial del “no más violencia” por un lado y las crecientes cifras de las estadísticas sobre mujeres maltratadas, por el otro; del supuesto apoyo y respeto a la libertad de las mujeres y, de falta de leyes que en verdad las protejan.
En el marco de esta fecha, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer que en México 40 de cada cien mujeres de 15 años y más han sido objeto de violencia en los espacios comunitarios o sociales a lo largo de su vida.




La ONU señala que una de cada tres mexicanas ha sufrido o sufrirá algún tipo de violencia. Sí. Una de tres. Y no sólo eso, también incluyen el rezago en la mortalidad materna, la violencia institucional por el trato que se da a mujeres indígenas en centros médicos, la trata de mujeres, la explotación laboral y sexual, la violencia migratoria, que se suma a los ataques de género en el trabajo, en la escuela, en el hogar, y que son diferentes formas de violencia en México.

Malú Micher, directora del Instituto Nacional de las Mujeres en el DF, consideró que el problema de la violencia contra las mujeres en México se debe a muchos factores, pues no es un problema ni un fenómeno, sino un delito, “un abuso de poder. Por su parte, la directora del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) Rocío Gaytán, sostuvo que corresponde a un problema cultural que debe atenderse.




Sea cual sea la causa, el punto es que existe, siempre ha existido y no tiene por qué seguir existiendo. Pero la realidad es cruel, a pesar de los pequeños pasos que se han dado. Porque si bien en México existen dos leyes marco, como la Ley General de acceso a una vida libre de violencia decretada en 2007 y de la cual presumieron todas las entidades del país, sólo 18 de ellas cuentan con su respectivo reglamento que la hace aplicable. En Colima, gracias, el reglamento se emitió apenas en Septiembre pasado y eso, a pesar de ser una de las entidades con mayores casos de violencia contra mujeres registrado.

De verdad, no es sólo hablar por hablar, ni escribir por escribir. Creo que en algún momento, todas hemos sido víctimas de la violencia en cualquiera de sus formas, por el único hecho de ser mujeres. Yo lo he sido. Y dedico estas líneas a quienes han sufrido y muerto por ello: desde las muertas de Ciudad Juárez que hicieron más visible el problema, hasta las del Estado de México que son más que las de Juárez. Desde las que son encarceladas por decidir interrumpir su embarazo, hasta las que mueren por hacerlo en condiciones clandestinas debido a que sus gobiernos no les permiten decidir.





Duele, en verdad duele ver hasta dónde hemos llegado. Pero duele más ver, hasta dónde lo permitimos y lo reforzamos. No nos acostumbremos a vivir con y en la violencia. Ayer, hoy, mañana y siempre debe ser un día sin violencia para nosotras.



Fuentes:
Inegi
Observatorio Ciudadano del Feminicidio
INMUJERES

Comentarios

  1. Hola Ale, soy una seguidora de tu blog y si hoy, ayer, mañana y siempre existirá la violencia contra las mujeres y sabes que hay anuncios por todas partes, campañas publicitarias y mas cosas donde te dicen que denuncies pero sabes que es lo mas frustrante encontrarte con la respuesta de nuestras flamantes autoridades “no es un delito grave, sale bajo fianza” es como si nuevamente pasaras por ese calvario, Ale todos esos discursos no son mas que una llamarada de petate que sirve para calmar sus conciencias, nada, nada, nada en este mundo justifica la violencia, porque las heridas del cuerpo se curan, pero las del alma tardan años en sanar

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  2. Lunita, pues qué te digo? Tienes toda la razón. Es triste decir esto, pero somos un país con una doble moral. Lo más triste es cuando las propias mujeres son quienes fomentan patrones de conducta machistas o violentos, o quienes justifican la violencia contra las mujeres por vestir, hablar o comportarse de tal forma. Es un verdadero problema con mucho más fondo. No es casualidad que series como las de "Mujeres asesinas" se estén popularizando. Un abrazo para ti!

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