La casa de los espejos

En los días de cuaresma, hay algo que siempre me inquieta: la capirotada!

Recuerdo que de niña la comía mucho. Mis tías la preparaban y no faltaba donde me tocara comerla cuando íbamos de visita. Acá en la Ciudad de México la he comido poco, pues no di con alguna que me enganchara; ya ven que cada zona tiene su versión y, pues yo, hice la mía... ya sabrán: capirotada integral, vegana, jajaja! ¿Qué les digo? -Al final les pongo la receta... Mientras la disfruto, les platico mi episodio en la casa de los espejos, este fin de semana pasado.

Para empezar, les diré que no hablo en sentido literal. Vale mencionar que nunca he sido fan de los espejos y, por consecuencia, de visitar los lugares donde uno se ve reflejado muchas veces...seguramente existe alguna explicación psicológica profunda; ya indagaré sobre ello...siempre he preferido "verme" con los espejos que la vida me pone. Sí, creo que el mundo es una gran casa de espejos y, lo que en él vemos, un gran reflejo de lo que somos; que la gente que se nos "atraviesa" en la vida (familia, hijos, amigos, médicos, maestros, parejas, jefes, compañeros, todosss) son quienes mejor nos reflejan lo que somos, tenemos y necesitamos cambiar o corregir en ese momento determinado.

Este fin de semana, la homeópata me lo recordó.
Desde hace más de 20 años que no tenía relación con la homeopatía. Durante ese tiempo, fui una minita de oro para los laboratorios y farmacéuticas que ni imaginan... típica enferma que sabe la medicina que necesita, pero que requería de ir al médico para surtirla. (Y conste que lo digo con mucho respeto para los médicos alópatas)

Afortunadamente ahora, enfermo menos. La rinitis alérgica me hizo dar con una que recomendaban ampliamente. Una mujer que, según su perfil de facebook, es egresada del IPN, se actualiza, da cursos, y tiene muchas estrellitas en su fanpage...¿Cómo no darle la oportunidad?

Fuimos (por supuesto, Raquel y mi marido) y encontramos a una mujer madura, no como la imaginé, pero bastante accesible de trato y empática. Empezó con las preguntas esas que me recordaron por qué no iba con ellos y hacían largas las consultas (cómo fue tu infancia, tienes algún dolor guardado, etc, etc.) Sí, me hizo soltar un poco el moco, pero la verdad, luego de varias psicoterapias, uno ya sabe de qué "pata cojea". Así que no fui tan vulnerable como para dejarle las riendas de mis emociones.

Dos cosas sí le acepté: la orden de una radiografía de los senos paranasales y que quizás vivo un tanto estresada por la adaptación a mi nueva vida como mamá... y es que algo que reconozco, es que siempre hago mi agenda del día con diez cosas por hacer y al final termino haciendo dos...
Lo que no compartí con ella, fue su "sugerencia" de crianza para con mi hija, cuando vio que somos muy "apegadas" y su insistencia por preguntar si vivo con una pena "guardada".

Como buena Ariana, no me gusta que me digan qué hacer. Creo que a nadie... En Kabbalah nos dicen: "si quieres cambiar algo en tu hijo, cámbialo en ti primero"... de hecho, existe un libro (no kabbalístico) titulado "tu hijo, tu espejo" (que no he leído, por cierto). Pero como aprendiz de la vida, me queda claro que nada es casualidad, que por algo, esta mujer médico homeópata, apareció en mi vida; así como en su momento apareció mi maravilloso ginecólogo que me ayudó a traer a Raquel a este mundo, gratamente.

Aún le doy vueltas a la charla en su pequeño consultorio. Algo vio en mí que le hizo diagnosticarme angustia o estrés... algo vi en ella, que me hizo voltear hacia mi hija para decirle: todo está bien. Te amo y te quiero cuidar, así como tú a mí.

Ya no más capirotada para mí.

Aquí les va para ustedes:



Capirotada integral

Ingredientes:

4 o 6 rebanadas de pan de caja integral (de grano entero) tostado en el tostador
Media taza de miel de piloncillo (lo dejan hervir con 4 vainas de cardamomo, canela y unos 3 clavos enteros)
un puño de pasas
coco rallado (al gusto)
nueces, almendras, arándanos (al gusto)
Un cuarto de taza de leche de almendras
una cucharadita de aceite de coco

Procedimiento:

-En una sartén ponen el aceite de coco y cuando caliente, colocan una capa de pan en trozos
-Agregar los arándanos, pasas, nueces, coco rallado y miel de piloncillo
-Acomodar otra capa de pan en trozos y colocar de nuevo arandanos, pasas, nueces y miel
-Agregar la leche de almendras y dejar que se consuma un poco el líquido
-Al final, espolvorear más coco rallado, nueces, canela en polvo y a disfrutar










Comentarios

Miembro de

Miembro de

Miembro de

Tienda de productos orgánicos en Facebook

Entradas populares